Ha sido una de las noticias del fin de semana por lo insólito de la situación. El pasado sábado la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid realizó la segunda fase de las pruebas selectivas de las convocatorias para médicos (OPEs) publicadas en 2015. Un total de 3.976 aspirantes se examinaron para 368 plazas ofertadas. Una de esas aspirantes, para la especialidad de Anestesia y Reanimación, se encontraba embarazada de 39 semanas y media y lo advirtió al Tribunal. Era uno los los miles de médicos eventuales en la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid. Lleva tres años encadenando contratos temporales de entre seis y dos meses. Antes de poder ser contratada en precario como anestesista, ha tenido que formarse durante diez años (6 de carrera y 4 de MIR). La prueba del pasado sábado en su especialidad hacía seis años que no se convocaba. Había 650 aspirantes para 45 plazas. Puede comprenderse lo angustioso de su situación. Una única oportunidad de dejar la precariedad. Se entiende el esfuerzo que la opositora hizo, aunque su estado no era el adecuado para enfrentarse a un examen exigente y que requiere un gran esfuerzo.
El Tribunal se desplazó a la maternidad donde había dado a luz. Dos horas después del parto se trasladó a un aula aislada en el propio centro y realizó el examen.
Si de verdad a la Consejería le importa la humanización de la asistencia sanitaria, tendría que empezar por sus profesionales y evitar que se produzcan estas situaciones de precarización del empleo (un 31% de los médicos de la sanidad pública madrileña son interinos o eventuales). Oposiciones periódicas harían que la angustia y el temor a perder las escasas posibilidades que hay, no hicieran tan necesario esta exposición de opositoras que pasan por esta situación, algo extrapolable a otras situaciones.
En el caso concreto de una opositora que da a luz el mismo día del examen, lo lógico es posponer la prueba. Hay antecedentes, así lo refleja la convocatoria de una OPE de médicos del Servicio Aragonés de Salud del año 2013, en la que para esa situación prevé realizar, a ese aspirante, en el plazo más breve posible, otro examen con un contenido de similar dificultad.
Por ello, desde AMYTS emplazamos de nuevo a la Consejería a negociar un modelo de oposición razonable, consensuado, que contemple ésta y otra situaciones. Algo que llevamos esperando desde 2007.
Fuentes: AMYTS, 29-11-2016
Con ecos en: DIARIO MÉDICO, 29-11-2016