La reacción de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ante la propuesta de Hacienda de ligar los aumentos salariales de los sanitarios al incremento porcentual del PIB es que se trata de algo sobre lo que se puede hablar, pero no sin antes garantizar a todos los empleados públicos, incluidos los médicos, que recuperarán el dinero perdido desde que comenzaron los tijeretazos salariales en 2010.
Éstos comenzaron cuando en 2010 el Gobierno de Zapatero realizó un recorte salarial del 5% de media en el sector público pero que a todos los empleados con categoría A1 nos supuso una pérdida total del 9,8% porque, además de ser progresivo, nuestras pagas extraordinarias y trienios se rebajaron más de un 40% hasta quedar desde entonces insólitamente por debajo de lo que cobran por los mismos conceptos las categorías inferiores de diplomados y técnicos administrativos.
A ello hay sumar que desde entonces se han mantenido congelados los salarios (salvo el raquítico 1% de subida este año) y que la subida del impuesto por la renta de las personas físicas que entró en vigor en febrero de 2012, aunque moderada tres años después, ha grabado la cotización media de los médicos con respecto a los tipos establecidos en 2010.
Por si todo ello fuera poco, adicionalmente muchas Comunidades Autónomas han venido practicando recortes suplementarios, entre ellos, y por citar los más significativos: pérdida del 10% o más en el valor de la hora de guardia, congelación y/o recorte de hasta el 50% en el complemento de Carrera Profesional, eliminación de una o más guardias a la semana y supresión del complemento de productividad variable.
En resumen, el médico ha soportado recortes directos e indirectos que en muchos casos han superado ampliamente el 25% del salario del año 2009. Aunque en realidad ascendería al 35% si se tiene en cuenta el aumento del coste de la vida (IPC) desde ese año.
Así las cosas, CESM pide al Gobierno, y al Ministerio de Hacienda en particular, que reconozca esta realidad y se comprometa a restaurar esta importante pérdida económica de los médicos y resto de empleados públicos antes de hablar sobre novedosas propuestas.
35 horas
Junto a la exigencia de que se restituya la pérdida salarial acumulada, CESM se ha fijado también como prioridad recuperar la jornada laboral de 35 horas.
Recordemos que con el pretexto de la crisis económica el Gobierno decidió en 2012 incrementar la jornada laboral de todos los trabajadores de la sanidad pública hasta las 37,5 horas semanales, dos horas y media más que las establecidas hasta entonces y que no han tenido ningún reflejo en las nóminas.
Asimismo, el sindicato pide recuperar las pérdidas salariales derivadas de los recortes introducidos en las situaciones de incapacidad transitoria (IT).