«Consideramos una burla a los profesionales de nuestra sanidad pública presentar como un avance sustancial lo que no es sino una limosna que no revierte, sino que consolida, la línea de recortes iniciada en 2010»
El tan esperado acuerdo de mejoras anunciado a bombo y platillo por CCOO, UGT y CSIF no es sino uno de los últimos repliegues de estas organizaciones ante la perseverancia del Gobierno de España en la política de recortes. Se presenta en un formato inadecuado lo que sólo puede resolverse a nivel autonómico y, además, se venden presuntas mejoras que, o ya existen en nuestro ámbito, o bien se encuentran tan condicionadas al cumplimiento de criterios de déficit y crecimiento económico que se convierten en un engaño objetivo.
Un incremento general del 8,8% en tres años, del cual sólo un 6,1% se encuentra garantizado, y sin tener en cuenta la inflación media anual del 1,53% prevista por el Banco de España para el periodo 2018-2020 solamente va a mantener el poder adquisitivo y muy poco más, sin avanzar un ápice en la recuperación de lo perdido durante la fase aguda de los recortes (que ahora simplemente se cronifican y se intenta que aprendamos a vivir con ellos). ¿Todo esta euforia para unas subidas garantizadas «reales» (descontado IPC) de un 0,5% anual? Hágase el cálculo ¿De ésto es de lo que se están felicitando los sindicatos mayoritarios?
CESM-CV repudia los cantos de sirena que se emiten desde las organizaciones firmantes y propone lo único que resulta sensato y ético: la vuelta a las tablas retributivas vigentes en mayo de 2010, antes de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero iniciara el proceso que nos ha conducido hasta nuestros actuales niveles de desmoralización y empobrecimiento relativo. Eso supone además que no vale un porcentaje único para todo el Estado sino que habrá que estar a las retribuciones realmente existentes en aquel momento, en las diferentes comunidades y grupos profesionales. Con ello, adecuadamente actualizado según el IPC de esos años (alrededor del 8% acumulado en la Comunidad Valenciana), se podría hablar de reversión de las pérdidas retributivas. Con lo acordado no podemos evitar sentirnos estafados y agredidos, como profesionales sanitarios, en la más elemental de las dignidades.
En cuanto al reconocimiento del 100% de tasa de reposición, ya lo tenemos desde hace tiempo. Y nunca disfrutamos de ninguna jornada de 35 horas (sólo alcanzamos las 36 horas y 42 minutos semanales a partir de 2006). Pero es que ni siquiera estas «concesiones» lo son a título incondicional sino que se ven cortocircuitadas por la letra pequeña del sostenimiento del crecimiento y el cumplimiento de los objetivos de déficit. Tampoco lo es la devolución del derecho a la percepción del 100% de las retribuciones en situaciones de Incapacidad Temporal, ya que sólo se reconoce la capacidad de negociación, y ésta bajo la vigilancia del Sr. Montoro. ¡Hasta la bolsa de horas para facilitar la conciliación se concede con carácter recuperable! ¿Y vamos a aplaudir la medida? Algo es algo, dirán los firmantes. Y en el marco de un buen acuerdo quizá lo fuese, pero junto a la farsa del conjunto es mera «anestesia», un edulcorante con el que facilitar la aplicación de un paquete que, por más que insuficiente, se convierte en regresivo.
Decir, como alguna fuerza sindical ha hecho, que este acuerdo da «carpetazo» a los recortes, sólo puede ser fruto de la ignorancia o la mala fe. El único punto de inflexión, muy simple de entender, es el que hemos propuesto desde el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana:
- Derogación del recorte de junio de 2010 con reposición de las retribuciones vigentes en la Comunidad Valenciana hasta el 31 de mayo de 2010. Esta reposición debería complementarse con la actualización de las tablas retributivas según el IPC acumulado desde entonces y con la recuperación de la pérdida retributiva anual durante el periodo transcurrido desde junio de 2010 a marzo de 2018 (en el que se han dejado de percibir anualmente las cantidades detraídas desde junio de 2010 y que se encontraban consolidadas en nómina).
- Devolución de las cantidades dejadas de percibir por el brutal recorte autonómico a la Carrera Profesional (un 50% durante 3 años) perpetrado en marzo de 2012 (de modo análogo a como fue devuelta la paga extra de diciembre del mismo año).
- Reposición incondicional y no sometida a negociación alguna del 100% de las retribuciones en situaciones de IT. Con efectos desde el 1 de enero de 2018.
- Derogación de la jornada obligatoria mínima de 37,5 horas semanales. Con devolución de la capacidad de negociación de la jornada laboral a los órganos normativos de los servicios de salud.
- Eliminación completa de la tasa de reposición en Sanidad que permitiría la creación de empleo neto de calidad, adecuando las plantillas a las necesidades reales de la población. Sin parches ni remiendos que siguen hurtando el derecho a la salud de los ciudadanos valencianos.
- Incremento real y no recuperable de horas de libre disposición, desde las 42 actuales (6 días) a un mínimo de 63 (9 días). Junto con la posibilidad de redistribuciones de jornada para la conciliación que es lo que en realidad contempla en el acuerdo.
Estas medidas se resumen en una sola: el abandono de la política de recortes y la derogación de la normativa, estatal y autonómica que aún les da cobertura. Sin ello cualquier negociación supondrá escenificar ante los profesionales sanitarios unos acuerdos mediocres, absolutamente insuficientes y que a estas alturas ya no pueden satisfacer a nadie.
FUENTES: Secretaría de Comunicación. Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM-CV)