Desde el sindicato madrileño AMYTS han puesto en marcha una campaña que pretende ver la cara positiva de la llamada distancia social, esas barreras a las que la población se ha tenido que acostumbrar en este 2020 y cuyo objetivo es frenar el contagio de la COVID19. Así lo han querido explicar en su lanzamiento:
Llevamos ya tiempo sabiendo que la llamada distancia social nos ayuda a combatir la transmisión del coronavirus. El mensaje es claro: la interposición de barreras (de espacio, mascarillas, de limpieza de manos) dificulta el contagio y, por el contrario, la falta de esas barreras permite que el número de personas infectadas se incremente.
Pero no parece que acabemos de asumir que esas medidas son necesarias. Parece, incluso, que hay personas que las interpretan como una barrera al desarrollo de su vida, y exponen a otros, y se exponen, al contagio innecesario de la infección.
Por eso, en AMYTS creemos que hace falta un cambio de perspectiva, ante una situación que parece que se va a mantener en el tiempo. Necesitamos ver la cara positiva de la distancia social. Y esa cara positiva tiene que ver con que la distancia social es la única distancia que nos permite cuidarnos unos a otros. Rompe nuestra tendencia natural a la cercanía, sí, pero acaba siendo la única forma de acompañarnos unos a otros a lo largo de esta dura travesía.
Sólo podemos cuidarnos respetando esa distancia: con mascarilla, con separación, con lavado de manos y, siempre que sea posible, al aire libre o en espacios ventilados. Si somos capaces de entenderlo, veremos que esa distancia se convierte en cercanía, cercanía que nos cuida. Porque otras cercanías, más físicas, sin distancia, sin barreras, nos ponen en riesgo.
Respetemos la distancia social, promovámosla, mientras la infección COVID permanezca entre nosotros. Pero no dejemos de acompañar y cuidar a nuestros allegados, de ser acompañados y cuidados por ellos. Y hagámoslo desde esa distancia social que es a la vez “cercanía”, la única cercanía que nos cuida.