Melilla se dirige a Sánchez para pedirle la dimisión de los responsables sanitarios

La ciudad autónoma cuenta con el mayor número de contagios en profesionales sanitarios

Ante la complicada situación de lucha contra el coronavirus que atraviesa la ciudad autónoma de Melilla, con el número más alto de contagios entre el personal sanitario, el Sindicato Médico ha remitido una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para pedirle explicaciones y la dimisión de los responsables sanitarios. Esta es la carta remitida:

Estimado señor:

En relación con la crítica situación española, y por ende, melillense, en el contexto de la crisis del Covid19, así como las graves incertidumbres que acechan nuestro futuro, queremos manifestarle lo siguiente:

1. Hace mucho tiempo, le recomendamos el cese del ministro de sanidad, Sr. Illa, del Secretario de Estado, Sr. Blanco y del Director General de INGESA, Sr. Jiménez. Lamentablemente no nos hizo caso. Hoy, 16972 muertos oficiales después (34.000 probablemente, según las estimaciones de su gobierno), y 166.019 contagiados oficiales después (realmente oscila entre los 2.500.000 estimados por su gobierno y los 7.500.000-10.000.000 estimados por otros organismos), la recomendación sigue viva. Dice usted que sólo hace caso de los expertos; si es así, háganos caso, no hay mayores expertos en sufrir la catástrofe de INGESA, que los trabajadores sanitarios de Melilla. Los otros, los que le dicen lo que a usted le agrada, realmente no son expertos, son aduladores y son un peligro para la sanidad, para usted mismo y para el país.

2. No le dijimos esto en base a nuestras filias y fobias personales, obviamente; podemos tener muchos defectos los facultativos de Melilla, pero nunca se nos podrá achacar partidismo, ni sectarismo. Hemos censurado con el mismo criterio a todo aquel responsable sanitario que lo ha hecho mal, bajo nuestro punto de vista, desde el nacimiento de nuestro sindicato, en 2009; responsables sanitarios de diversos partidos políticos han sido objeto de nuestras reprobaciones, nunca mirando su color político, que nada nos importa, sino sólo su competencia y capacidad.

3. Por ello, nosotros que trabajamos en la sanidad pública con menos medios del país, en la melillense, sabemos bien de lo que hablamos. Muchos responsables de su partido político, mientras estaban en la oposición, coreaban nuestras propuestas; ahora, lamentablemente, no lo hacen. En este sentido, el Director General de INGESA, Sr. Jiménez, perfecto conocedor de las terribles penurias de la sanidad de la vieja Rusadir, en los dos años que ostenta el puesto, no ha hecho absolutamente nada, salvo dirigirnos buenas palabras y emplazarnos siempre a un futuro próximo que nunca llegaba, para poder contemplar mejoras que jamás ocurrieron. Ítem más, el Sr. Faustino Blanco, en la única ocasión que pudimos verlo, nos dedicó 5 minutos de su tiempo, suficiente para expresar su convencimiento de que Melilla no precisaba ninguna inversión sanitaria en el corto plazo. En fin, una temeridad. Por último, pero no menos importante, en esta terna de desidia, ineptitud e incompetencia, el Sr. Ministro de Sanidad, que sabe de sanidad lo mismo, o menos, que nosotros de filosofía tardorromana; pero, mientras que nosotros no pretendemos dar clases de lo que desconocemos, hete aquí, que este señor se ha convertido en nuestro Jefe Supremo. Superior que ha rehusado, desde enero de 2020 que fue elegido ministro, mantener cualquier entrevista con nosotros; el motivo oficial era que estaba muy ocupado con el coronavirus; otra muestra más de su incapacidad absoluta en este tema. Si desde enero de 2020 está volcado exclusivamente en este tema, y los resultados son la catástrofe sanitaria, social y económica que padecemos, obviamente, habrá que poner a un profesional en su lugar.

4. Por otro lado, estamos también muy molestos con la gerencia de nuestro hospital. Aunque en Melilla, los efectos del Covid19 han sido menores (hasta el momento, ya que la situación es de incertidumbre futura y hay que afrontar soluciones rápidas, para evitar que podamos estar en una situación ulterior similar a la de Madrid o Castilla-La Mancha) que en el resto del país, tenemos que lamentar la absoluta ausencia de diálogo de la Gerencia con los representantes de los trabajadores, que no tenemos información ninguna de la situación en nuestro hospital, en una clara vulneración de la Ley Sindical, vigente a pesar del Estado de Alarma, en una actuación más propia de un régimen totalitario, que de un país democrático; obviamente, en países serios, como por ejemplo, Alemania, este hecho sería imposible de presenciar. Multitud de recomendaciones de nuestra asociación, que representa a la casi totalidad de los facultativos de Melilla, han caído en saco roto; esperemos que no tengamos que lamentarlo.

5. Por tanto, como ni nuestra gerencia, ni nuestro Director General de INGESA, ni nuestro Secretario de Estado, ni nuestro ministro nos hacen caso, el sindicato médico de Melilla, sindicato ganador de las últimas elecciones sindicales, no sólo por el voto de los facultativos, sino por muchas enfermeras, auxiliares, celadores, administrativos, compañeros todos (porque aquí somos un solo cuerpo), que confían en nuestro modelo de honradez, sin liberados sindicales, ni subvenciones públicas, le solicitamos la siguiente información:

  • Queremos saber por qué Melilla, en la que los contagiados sanitarios suponen el 30% de los contagiados totales de la población, es la autonomía con mayor porcentaje de sanitarios contagiados del país. Esto cuando apenas se hacen tests, ni siquiera a todos los sanitarios con síntomas; imagínese cuál será el porcentaje real.
  •  Queremos saber por qué no se ha hecho caso a las recomendaciones que, con fecha 15 de marzo, este sindicato efectuó a la Gerencia del Hospital.
  • Queremos saber por qué, a pesar de que está llegando el material con cuentagotas, hay profesionales que tienen que usar bolsas de basura como calzas, para atender pacientes sospechosos o reciclar material más allá de lo razonable. No nos vale que nos digan que la situación es mejor que al principio, porque al principio no teníamos ni mascarillas quirúrgicas, ni guantes, ni gel hidro-alcohólico, ni pijamas de un solo uso; al principio no había nada.
  • Queremos saber, por qué, desde el día 6 de abril de 2020, de los 1.200 test rápidos (de una sensibilidad pobre, por cierto, que limita muchísimo su capacidad de cribado), que llegaron al Hospital, todavía no se han usado, cuando supuestamente iban a ser destinado a cribado masivo.
  • Por último, ya sabe que le solicitamos un hospital modular, preparado con medios materiales y humanos, de nivel IV de bioseguridad, para atender una posible transmisión incontrolada del virus. No nos hicieron caso; en vez de ello, nos mandaron la fragata Galicia, sin informarnos tampoco de la capacidad sanitaria real de la misma. No nos ha sorprendido su marcha a Ceuta, pero, por favor, explíquenos a qué se debe y convénzanos que no se trata exclusivamente de una maniobra propagandística.

6. En fin, señor Sánchez, ya le advertimos de la absoluta inoperancia de INGESA, entidad de la que hace muchos años solicitamos su desaparición, tras sufrir, desde 2002, su completa inutilidad. Como máximos sufridores y expertos, por tanto, en INGESA, le recomendamos que no utilizase su estructura ni para hacer compras nacionales de material sanitario, ni para ninguna gestión. No nos hizo caso. Ahora ha hecho que todos los españoles la sufran, con los resultados que ha comprobado. Le recomendamos cesar a toda la cadena de mando: ministro, secretario de Estado y director General de INGESA; no lo hizo. Todavía quedan muchos retos por afrontar, si los cesa ahora y los sustituye por profesionales acreditados, sin filiación política y sin obediencia ciega a sigla alguna, el país se lo va a agradecer. Los miles de muertos ya no tienen solución, pero por eso mismo, por decencia y por respeto hacia los mismos, aunque ya sea tarde para ellos, haga los cambios oportunos, para que los que aún estamos vivos podamos beneficiarnos.

7. Por último, Sr. Sánchez, le rogaríamos que España recuperase los sectores estratégicos nacionales, como Energía, Sanidad, Tecnología, entre otros. Si no dependiésemos de terceros países, no hubiéramos tenido los problemas de desabastecimiento en productos y tecnologías sanitarias, que hemos padecido. Si España tiene grandes profesionales, ¿por qué no posibilitamos nuestra independencia sanitaria y tecnológica? ¿Por qué tenemos que comprar en China productos de dudosa calidad, en vez de producirlos aquí y evitar que nuestros jóvenes cualificados se marchen al extranjero? Piénselo. Más vale invertir y subvencionar a sectores estratégicos que a “chiringuitos” políticos que no sirven para nada. Nos sumamos a su idea de reconstruir el país; nos parece acertada, pero para ello, la Partitocracia debe dar un paso atrás en su vampirización del sistema productivo, y dejar que la sociedad civil y el pueblo ostenten el poder realmente, como refleja la Constitución; hay que dejar que la maquinaria productiva de nuestro país sea gestionada por profesionales, no por políticos, y que los puestos relevantes en la Administración sean alcanzados por capacidad y mérito, no por el dedo político ni por la exhibición de un carné de un partido, sea el suyo o cualquier otro.

8. A pesar de todo lo referido, los médicos y sanitarios melillenses y los españoles, seguiremos en primera línea de combate; mantenemos nuestro compromiso íntegro con nuestros pacientes y con la sociedad. Ya hemos puesto 30 muertos y seguramente no serán los últimos. Pero no debe confundir esto con obediencia ciega y absurda. Ya sabe el dicho famoso de aquel gran hombre, “podrán matarnos, pero sólo obtendrán nuestro cadáver, jamás nuestra sumisión”

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