La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) celebra desde este jueves y hasta el domingo unas jornadas en Palma de Mallorca, que acoge además la celebración de la Asamblea General de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS, por sus siglas en francés) y a las que asistirán los representantes de los sindicatos autonómicos confederados, los sindicatos europeos, y los responsables de Metges de Catalunya y Sindicato Médico Andaluz.
Bajo el lema «Unidos en la defensa de una sanidad europea del siglo XXI», la capital balear se convierte en el centro del sindicalismo profesional médico durante los días 4, 5 y 6 de mayo, en los que a través de las distintas ponencias se analizará cuál es la situación de la profesión actualmente tanto en España como en el resto de países miembro de FEMS.
Las jornadas de CESM comenzarán el jueves con los discursos de bienvenida de Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico de Baleares (Simebal) como anfitriones del evento; Tomás Toranzo como presidente de CESM y Álex Ramos como secretario técnico de Relaciones Internacionales para dar la bienvenida a los miembros de la FEMS. En las ponencias de viernes y sábado, además de la reunión de JurisCESM y el Comité Ejecutivo Confederal, se analizará la situación en cada comunidad autónoma, haya logrado o no firmar acuerdos de mejora recientes, se valorarán las opciones de jubilación para el médico y se abordará la escasez de profesionales desde los distintos servicios asistenciales.
Por su parte, la FEMS, con su presidente João de Deus al frente, analizará cuestiones como la jornada laboral y la satisfacción del profesional, la sobrecarga laboral, el burnout, la demografía médica, la feminización o las diferencias salariales entre países, entre otros temas de interés.
Durante estos 3 días se pretende poner en común cuál es la situación actual del médico en los distintos territorios donde ejerce, y debatir sobre las movilizaciones que se deben llevar a cabo ante los graves ataques que está sufriendo la profesión y que suponen un grave retroceso en los derechos de los profesionales, como las decisiones en torno al cómputo de tiempo trabajado para la jubilación, la cotización por las horas de guardia, el retraso de la edad de exención de guardias de 55 a 60 años o la obligación de retener al residente en el lugar donde se ha formado tras acabar su residencia.
