«Un año en blanco que se cierra con cierta esperanza»

Gabriel del Pozo

Secretario general de CESM

Termina un 2023 sin apenas logros para los profesionales

Secretario general de CESM
El secretario general de CESM, Gabriel del Pozo.

Este 2023 ya comenzó complicado desde el propio mes de enero, con continuación de huelgas médicas en algunas comunidades autónomas, a las que en meses posteriores se fueron añadiendo otras, algunas que incluso actualmente perduran, como es el caso de Ceuta y Melilla. Afortunadamente algunas se resolvieron con acuerdos firmados con tiempos distintos; unas de rápida resolución y otras que se alargaron más en el tiempo. Desgraciada (e inexplicablemente) existe una en la que no se ha llegado a nada desde el mes de marzo por la fata de voluntad de la Administración, en este caso el Ministerio de Sanidad, de quien depende la gestión sanitaria de Ceuta y Melilla y que demuestra lo que hasta ahora le ha preocupado la asistencia que se presta a los ciudadanos de las dos ciudades autónomas: no toman medidas para atraer profesionales médicos, ni para que quieran seguir ejerciendo allí, lo que va en detrimento de la calidad que se presta en la asistencia, no porque los profesionales no sean excelentes, sino por la carencia de ellos, que coloca a los que hay con sobrecargas que empeoran la asistencia. De momento tenemos esperanzas de que con la llegada al cargo de la nueva ministra de Sanidad, la Dra. Mónica García, este conflicto se resuelva.

Del mismo modo, 2023 comenzó manteniendo la situación de precariedad en la contratación de muchos médicos en todo el Estado, y a pesar de los procesos en marcha, se cierra con una situación similar. De ahí que esperemos que este 2024 venga con la solución a los procesos en curso; que las administraciones dejen de poner trabas lingüísticas en los procesos selectivos en un afán localista y que en las convocatorias se considere el conocimiento de la lengua de la comunidad como un mérito pero nunca como un requisito, lo que ayudará a facilitar la mejora en el siguiente punto que abordaré.

También se iniciaba el año que ahora acaba con zonas donde había déficit de médicos y poca atracción para trabajar en ellas y se cierra con aumento del número de dichas zonas, así como con el aumento del déficit de profesionales, o mejor dicho, el desinterés de los profesionales por trabajar en determinados ámbitos sanitarios, fundamentalmente en Atención Primaria, con documentos elaborados desde el ministerio y las comunidades autónomas que sólo han servido para poner sobre la mesa un papel que no se ha transformado en medidas que hayan dado resultados, excepto honrosas excepciones como pueda ser la situación de Oncología en Ibiza, lo que demuestra que si se mejoran las condiciones laborales sí se encuentran profesionales dispuestos a trabajar allí y se mejora la atención a la población, un derecho a la asistencia que recoge nuestra Constitución.

Es cierto que nos preocupa la postura de las administraciones que, aprovechando ese supuesto déficit de médicos, empezaron a lanzar posibilidades de cubrir esas supuestas carencias con otros grupos profesionales. De ahí que les recordásemos en ese momento -y lo reitero ahora-, que “solo puede hacer de médico el médico”, y estos deben reunir todos los requisitos que establece la ley para poder trabajar en nuestro Sistema Nacional de Salud.

Desgraciadamente este año hemos seguido con el mismo problema que los años anteriores, desde que se tomó la medida por la COVID-19, respecto a la elección de plaza en la Formación Sanitaria Especializada. Seguimos manteniendo como única opción la elección en tiempo real, ya sea presencial o telemática. Estamos casi agotando el primer cuarto del siglo XXI y parece que la parte tecnológica del Ministerio de Sanidad no haya abandonado aún el siglo XX, y creemos que esta cuestión, no en exclusiva pero sí en añadidura a otras, sea la causa de que queden plazas vacantes en la elección, y más aún, lo que probablemente tenga más relación con el método de elección, en los abandonos una vez producida la elección y comenzado ese periodo de formación, ya que estas plazas no se recuperan y en el momento en que estamos de necesidades de profesionales creemos que es un lujo que no se puede permitir nuestro país. Esperemos también que el nuevo equipo ministerial ponga solución a esto.

En este sentido, confiamos en que no se siga pensando que la solución a los problemas está en aumentar el número de facultades de Medicina, ni el número de alumnos en las mismas si no se relaciona con un aumento de las plazas de formación especializada (y también del profesorado), pero siempre manteniendo la calidad de dicha formación. Se pueden promover más plazas MIR, pero con al menos la misma calidad de formación, como ya denunciamos este año que finaliza en nuestra participación en el Foro Profesional con el resto de las organizaciones que lo componen cómo voz única de la profesión.

Este ha sido un año donde se nos pidió en el Ámbito de Negociación trabajar en la modificación del Estatuto Marco y donde lo primero que planteamos y seguimos defendiendo es que por nuestras características especiales necesitamos y exigimos un estatuto específico del médico. Sin embargo, ante la ‘sordera’ de la Administración hemos participado periódicamente en las reuniones para las modificaciones al mismo, introduciendo en nuestras aportaciones todas aquellas específicas de los médicos, un proceso que cuando estaba próximo a su fin quedó en vía muerta con el anuncio del adelanto electoral. Ni siquiera tenemos el documento que haya podido redactar la Administración con las aportaciones de las organizaciones sindicales presentes en el mismo, y mucho menos de aquellas que hayan hecho llegar las comunidades autónomas en su grupo paralelo, con lo cual todavía tiene tiempo la Administración de atender nuestra petición de estatuto propio. Esperemos que los nuevos ‘inquilinos’ del ministerio se muestren más receptivos.

A lo largo del año hemos mantenido también reuniones con los colegas europeos, poniendo en común los problemas de cada país, desgraciadamente la mayoría comunes a todos. Debatimos extensamente sobre la situación de los médicos españoles y portugueses en las II Jornadas Hispanolusas confirmando una tendencia común en la Península Ibérica, y en el próximo año, en enero, haremos lo propio a nivel mundial, puesto que somos anfitriones de la 5ª Conferencia Internacional de Sindicatos Médicos que se celebra en enero en Alicante.

Con todo esto, cerramos 2023 habiendo dado la bienvenida a la nueva ministra de Sanidad, en quien tenemos depositadas nuestras esperanzas de abordaje conjunto de los problemas médicos, y sobre todo de soluciones a los mismos, ya que desgraciadamente con sus antecesores -y recordamos que es la tercera ministra en este año- ni siquiera tuvimos posibilidad de enumerar los temas pendientes, ya que no dieron opción ni a una primera reunión de acercamiento.

Por todo lo mencionado, esperemos que 2024 venga cargado de soluciones reales a la situación que atraviesa nuestro Sistema Nacional de Salud y la de nuestros profesionales, puesto que lo que mejore los problemas de los médicos mejorara la atención y por tanto la salud de los pacientes a los que nos debemos todos los profesionales y las administraciones.

Felices fiestas para todos desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.

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