El Sindicato Médico de Galicia (SIMEGA), adscrito a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, (CESM) denuncia que en la Sanidad Pública de Galicia hay una sobreoferta asistencial que es totalmente inasumible con los recursos humanos actuales, y con la gestión que se hace de los mismos.
El Sindicato Médico considera que la Administración ha contribuido activamente a esa sobredemanda del ciudadano, provocando una accesibilidad excesiva al sistema sanitario sin haber implementado los medios necesarios, y muchas veces sin que fueran necesarias ni la urgencia aducida, ni la atención médica, ni el acudir a la consulta.
Los resultados de esta sobreoferta asistencial -añade- se concretan en agendas interminables con hasta 50 pacientes por día; guardias de 24 horas; prolongaciones de jornada; inconvenientes para disfrutar las vacaciones cuando se quiere, y el incremento de las listas de espera en Atención Primaria, cuando hace poco más de una década el médico atendía al paciente al día siguiente de pedir su cita.
SIMEGA afirma que esa sobrecarga de trabajo que los facultativos de Atención Primaria y Urgencias sufren ha provocado que el 40% de los profesionales que se encuentran en estos servicios sufra síndrome burnout (agotamiento físico y mental, desmotivación profesional, estrés y ansiedad), un cuadro médico poco recomendable tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes.
La Central Sindical explica que llegados a este punto es imprescindible un compromiso de todos los ‘agentes’ que participan del Sistema Público de Salud, empezando por la Administración, continuando por los profesionales sanitarios y, por supuesto, con el concurso de la ciudadanía, porque -subraya- sólo así conseguiremos recuperar la calidad asistencial que nunca debimos perder.
Recuerda que para resolver uno de los problemas que afronta la Atención Primaria, como es la falta de personal, es imprescindible que el primer escalón de la sanidad resulte más atractivo a los profesionales.
SIMEGA CESM-Galicia concluye que esos profesionales deben contar con incentivos y, si es necesario, reconocimientos adicionales, porque de lo contrario continuará el éxodo de facultativos bien formados a otras especialidades, a otras comunidades y incluso a otros países en los que el medico de Familia sí cuenta con el reconocimiento adecuado.
