“Malos tiempos para la Atención Primaria”

Claudio Triay Delegado

Delegado de SIMEBAL-CESM en Menorca

 

Mucho se ha dicho y escrito en los últimos tiempos sobre Sanidad y en especial sobre el modelo de Atención Primaria que tenemos en España y que todos, absolutamente todos, consideran que es necesario redefinir.

Es evidente que las aguas están revueltas y tan sólo con mirar a nuestro alrededor, podemos ver como distintas Comunidades Autónomas, de distinto color político, se ha ido sumando progresivamente a huelgas en esta parcela de la atención sanitaria.

Así, hemos observado como Galicia, Andalucía, Castilla y León, Cataluña o Euskadi, han vivido sus primeras huelgas o Navarra, donde continúa la huelga, y en  Galicia ya se ha formalizado un nuevo anuncio de convocatoria.

También  en otras Comunidades ya ha habido concentraciones y movilizaciones, como en La Rioja y Castilla León, se plantean en un futuro próximo, paros si no se pone solución a los problemas planteados.

Mientras, el Gobierno  Central, a través del Ministerio de Sanidad, propone una reforma integral de la Atención Primaria, con la implantación de medidas urgentes y a medio-largo plazo para solucionar la precariedad de este nivel asistencial, consensuado con el Foro de Médicos de Atención Primaria y que, tras sus primeras reuniones, desembocó en la dimisión de los coordinadores de la reforma, tras  un resultado decepcionante para los representantes de los médicos.

¿Pero cuáles son realmente los problemas de la Atención Primaria?

La Atención Primaria, constituye el primer escalón  y pilar fundamental para  las prestaciones sanitarias. Para ello, es necesaria una financiación suficiente que permita  una dotación  y dimensionamiento suficiente  y adecuado de las plantillas, que permitan una asistencia correcta.

Per o la evolución de la financiación en Sanidad se ha visto progresivamente recortado en los últimos años, llegando a suponer en la actualidad menos del  6 % del  PIB, cuando en los países de nuestro entorno oscila entre un 7-8 %. Pero, además, la inversión  en Atención Primaria ha pasado de ser de un 20% a la actual 14%, lo que supone que los hospitales tienen una financiación 5 veces superior.

Eso ha desembocado en precariedad, y plantillas totalmente insuficientes para dar cobertura a una población cada vez más envejecida (superando  la población mayor de 65 años el 15-16% en la actualidad), pluripatológica y con más necesidades de atención.

Así observamos, que en España la media de médicos de Atención Primaria por cada 10.000 habitantes está en unos 7,6, cuando la media europea llega a los 9,7. Pero  en Baleares, la situación todavía empeora, y la media se sitúa en 6 médicos por 10.000 habitantes.

Esta situación provoca, que cada facultativo de Atención Primaria tenga un ratio de 1.750 tarjetas sanitarias, una de las más elevadas del territorio nacional, que s sitúa en una media de 1.400 tarjetas, cuando además todas las sociedades científicas, abogan en que no debería superarse en ningún caso, las 1.500 tarjetas.

Además, el profesional dispone en la actualidad, de unos 7,5 minutos por paciente, atendiendo diariamente más de 30 pacientes, llegando a superar en ocasiones los 50 pacientes al dia.

Si a esto le añadimos un exceso de burocracia y una limitación de medios y de acceso a pruebas diagnósticas, entonces nos encontramos con un futuro desalentador.

Y para agudizar la situación, se prevé que en los próximos 10- 15 años se jubile un 50% de los facultativos que en la actualidad ejercen en el ámbito de los centros de salud.

La situación como podemos ver  es crítica, con  una escasa financiación, con cupos desproporcionados, con una población cada vez más envejecida que requiere una mayor atención  a lo que se añade una precariedad salarial lo que desemboca en una desmotivación y huida hacia otras áreas asistenciales.

En definitiva, la Atención Primaria está en crisis, tanto de personal como de presupuesto.

Y toda esta situación, ¿cómo repercute en el paciente a la hora de solicitar una cita con su médico?

Curiosamente, cuando se habla de datos de listas de espera, raramente se hace mención a las demoras en Atención Primaria

Aunque las autoridades sanitarias cuando anuncian las cifras hablan de que se da cita en 2 días, cuando solicitamos ser atendidos en un centro de salud, salvo excepciones, la demora no suele ser inferior a 7 días. Esa es la realidad. Esos elevados cupos de tarjetas provocan que las demoras aumenten, debiendo buscar los pacientes “atajos asistenciales”. Así, aquellos pacientes que no obtienen respuesta a su demanda se dirigen a los SUAPs (Servicios de Urgencias de Atención Primaria), que se encuentran siempre saturados y sobrecargados, y los Servicios de Urgencias hospitalarios (que suelen disponer de más medios diagnósticos).

Así, los pacientes que podrían obtener una respuesta a sus necesidades se ven obligados a ser atendidos en otros dispositivos y otros niveles asistenciales al no poder ser atendidos adecuadamente.

Además, en muchas ocasiones, los Centros de Atención Primaria, carecen del acceso a pruebas diagnósticas básicas (RX, Análisis de sangre) de forma inmediata, lo que incide en una mayor desviación y derivación de pacientes a medios hospitalarios, principalmente los Servicios de Urgencias hospitalarias.

Sorprendentemente, en los últimos tiempos hemos visto como los Centros de Salud han sido dotados de Ecógrafos, aunque el problema del tiempo de atención y  la dificultad para la formación adecuada de los profesionales, reduce el equipamiento a una muestra de buenas intenciones, pero sin una finalidad y beneficio claro.

¿Y que piden los profesionales ante esta situación?

Piden tiempo. Piden tiempo para poder atender adecuadamente a los pacientes, para lo que exigen un tiempo mínimo de 10 minutos.

Y  piden que se aumenten las plantillas de Médicos de  Atención Primaria

Y piden que se reduzcan los cupos de tarjetas a un máximo de 1.500

Y piden un máximo de 30 visita diarias.

Y piden inversión en Atención Primaria, para que el presupuesto en Atención Primaria sea como mínimo de un 30% del total

Y piden que el presupuesto finalista en Sanidad sea como mínimo de un 7% del PIB.

Y piden medios diagnósticos en los centros de salud (RX y Análisis de sangre), con acceso inmediato.

Y piden dignificar la profesión con unos sueldos adecuados al nivel de formación y responsabilidad.

Y mientras tanto, la Atención Primaria sigue agonizando mientras unos y otros siguen discutiendo cual es el problema y cuál es la curación. Si los políticos se dejaran asesorar por los profesionales, probablemente, nunca se habría llegado a esta situación límite. Ahora ya está en respiración asistida, pero la situación puede empeorar si no se pone remedio ya.

Todo lo contrario, sólo desencadenará en la extinción de la Atención Primaria.

 

 

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