La normativa que regula las guardias médicas en la sanidad pública sitúa en tres el número máximo obligatorio de guardias que un médico debería realizar al mes (36 al año). Sin embargo, según el vicesecretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y secretario de CESM Alicante, Víctor Pedrera, en la Comunidad Valenciana hay facultativos que incluso triplican esa cantidad.
Como ejemplo pone, según recoge El Mundo, el Hospital de la Marina Baixa, donde «servicios como el de Urología o Rayos funcionan con tres médicos que cubren las 24 horas. Son tres personas haciendo siete u ocho guardias de forma obligatoria al mes cuando la ley dice que solo pueden hacer tres».
Pedrera subraya que no solo se superan las guardias médicas obligatorias, sino que estas están «mal remuneradas económicamente» y en muchos casos, «tipificadas como localizadas cuando por la presión asistencial deberían ser presenciales», además de denunciar públicamente la «cada vez más frecuente denegación de derechos de exención por edad (marcada en los 55 años)».
El representante del Sindicato Médico explica que cada vez son más los casos en que se producen exenciones de guardias, debido al envejecimiento de las plantillas o a otros motivos, como las mejoras en la conciliación familiar y laboral. «Son avances que nos parecen muy bien pero lo que no puede ser es que, debido a estas situaciones que son previsibles, Conselleria cargue con más obligaciones a otros médicos o incluso les quite su derecho de acogerse también a la exención. Es como si la Administración se ofreciera a pagar deudas pero con la cartera del de al lado». Ello está generando -asegura- «desigualdades y enfados en los profesionales que tienen que soportar esa carga extra», especialmente cuando la Conselleria alude a las ‘necesidades del servicio‘.
«Ese concepto puede ser aplicado puntualmente ante imprevistos o situaciones de catástrofe, pero nunca como argumento para suplir de forma habitual las deficiencias derivadas de una pésima o nula planificación», añade el secretario de CESM Alicante.
El problema de las guardias localizadas
Respecto a las exenciones a mayores de 55 años o con problemas de salud, el Sindicato Médico asegura que se están denegando con mucha frecuencia. «Incluso, aun peor, se están retirando exenciones de guardias ya concedidas a médicos que superan esta edad», apunta Pedrera, quien recuerda que la exención de guardias por edad, de «es un derecho del trabajador, el cual puede ejercer voluntariamente y debe aplicarse tanto a las guardias presenciales como a las localizadas».
Respecto a estas últimas, apunta que se están convirtiendo en un «auténtico calvario» en muchas especialidades, especialmente las quirúrgicas y los servicios centrales. Y considera una «farsa» la manera en la que actualmente se recurre actualmente a este tipo de guardias. «La normativa europea solo contempla dos situaciones: o se trabaja o no se trabaja. Y en muchos casos, lo que se vemos son falsas guardias localizadas, ya que se siguen manteniendo en especialidades donde la presencia del médico en el centro es requerida sistemáticamente», subraya.
Retribución y cotización
Respecto a la retribución de las guardias, el vicesecretario de CESM indica que «no solamente no se retribuyen de forma especial, como ocurre en otros colectivos profesionales, sino que se pagan incluso por debajo de la hora ordinaria». En su opinión, esta actividad «debería ser retribuida como horas extraordinarias, que es lo que son y con todos los complementos que les correspondan tales como nocturnidad, festividad, etc».
Otro de los aspectos que rechaza la organización sindical es que las guardias médicas no contabilizan para la cotización ni como tiempo productivo para la jubilación, «algo que los médicos llevamos reivindicando desde hace una décadas», apunta Pedrera.
Desde el Sindicato Médico se inició una petición de firmas en Change.org hace ahora una semana. En menos de 24 horas llevaban recogidos 25.000 apoyos y este domingo ya rozaban las 70.000 firmas, que prevén presentar al Ministro de Sanidad, Salvador Illa.