La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha presentado este miércoles el estudio llevado a cabo por el grupo de nocturnidad del sindicato madrileño AMYTS y por los responsables de salud laboral de la Confederación con el objetivo de solicitar una jubilación anticipada para todos los facultativos que realizan trabajo nocturno.
La presentación, introducida por Gabriel del Pozo, secretario general de CESM que ha aprovechado para recordar que el colectivo médico sigue reclamando la declaración de profesión de riesgo, también ha contado con la presencia de Julián Ezquerra, secretario general de AMYTS, y en ella ha participado Victoria Velasco, delegada de Prevención y Salud Laboral del sindicato madrileño, que ha explicado las peculiaridades del trabajo médico, que los pone a disposición de la sociedad 24 horas al día durante toda su vida laboral, siendo el trabajo nocturno uno de los aspectos más comprometidos para la salud del trabajador.
De hecho, según explica Velasco la nocturnidad influye negativamente en dos aspectos importantes de la vida de los facultativos, como son el desarrollo de problemas de salud al exigir al organismo mantenerse activo en momento en los que está preparado para el descanso y la reparación física y psicológica, y la adaptación a los efectos de conciliación familiar, ya que el trabajo nocturno mueve al trabajador a un triple desajuste entre el tiempo de trabajo, el reloj biológico y el tiempo social.
Respecto al desarrollo de problemas de salud se incide en alteraciones del equilibrio biológico (depresión, ansiedad, estrés, problemas de sueño, trastornos cardiovasculares, gastrointestinales o nerviosos, abuso de sustancias) o problemas relacionados con mayor incidencia de neoplasias, entre ellas el cáncer de mama, de próstata o colorrectal, además de que cada quince años de trabajo nocturno se produce un envejecimiento de unos cinco años.
Precisamente por las peculiaridades del trabajo médico nocturno, agravado en pandemia y por unas condiciones de descanso poco favorables (con camas compartidas y sin medidas higiénicas garantizadas) se considera que los trabajadores nocturnos facultativos deben acceder ‘antes’ a la edad de jubilación mediante un Real Decreto que garantice su protección a la salud basado en el procedimiento recogido en el Real Decreto 1698/2011, de 18 de noviembre.
Previamente ha intervenido Julián Ezquerra, quien ha explicado que esta petición es el primer paso de una carrera hacia algo muy importante como es este reconocimiento para los profesionales, y ha puesto cifras al cálculo sobre el cómputo de años cotizados de un facultativo que en su jornada ordinaria tiene actividad nocturna.
En el caso de los médicos, teniendo en cuenta las guardias como ejemplo, los profesionales comienzan con unos 4 o 5 años de especialidad MIR en los que hacen el equivalente a hasta 2 años más de trabajo que no se contabilizan. Al convertirse en adjunto, tarea que pueden desarrollar entre los casi 30 años hasta los 55 años, momento en el que se les permite poder dejar de hacer guardias, realizan en torno a otros 10 años de trabajo sumado a las jornadas ordinarias. “Esto significa que cualquier médico, al llegar a los 60 años, tiene el equivalente a los 40 o 41 años en tiempo cotizado, de manera que si el sistema no cambia, cuando un profesional se jubila a los 65 años puede tener en torno a 50 años efectivos de trabajo. Si tienen este tiempo reconocido determinadas profesiones o los funcionarios de clase pasivas, qué menos que reconocer este tiempo de trabajo para que a los 60 años un médico se pueda jubilar de manera voluntaria sin sufrir una importante merma económica”, sentenciaba.
Por último, los responsables sindicales de Salud Laboral han acudido al Ministerio de Inclusión para presentar la solicitud y la documentación necesaria para iniciar el procedimiento.