El Sindicato de Melilla se dirige Sánchez para pedir que el plan estratégico tenga un eje sanitario

Sindicato Médico de Melilla.

Desde el Sindicato Médico de Melilla se han dirigido por carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para agradecer el plan estratégico recientemente presentado pero, a su vez, tender la mano para colaborar en un eje sanitario que debe ser esencial. Esta es la misiva enviada:

Estimado señor presidente:

Hace pocas fechas visitó usted nuestra ciudad, así como la hermana ciudad de Ceuta. Un gesto que agradecemos y celebramos, dado que, ante las recientes acciones del país vecino, absolutamente injustificables, la presencia del presidente del Gobierno español reafirmó la españolidad de Ceuta y Melilla, como no podía ser de otra forma. Ratificar dicha condición no sólo es una acción coherente con la historia (la nación española, tal y como hoy la conocemos, data de 1492, siendo una de las más antiguas del mundo, perteneciendo Melilla a la Corona española desde 1497, aunque la relación de nuestra ciudad con la península ibérica se remonta a época fenicia), sino congruente con el respeto a la Ley, la Libertad y la Democracia, logros que tanto nuestro país como la Unión Europea enarbolan, en un mundo cada vez más injusto y donde estos valores escasean.

Asimismo, también queremos aplaudir su decisión de implementar un plan estratégico para Ceuta y Melilla. Evidentemente, esto es un acierto, no sólo por su aislamiento geográfico, ni por su valor geopolítico, sino porque Melilla y Ceuta son la frontera sur y puerta de Europa. Sin embargo, los parámetros sanitarios, económicos, educativos y sociales (entre otros), distan mucho, en la actualidad, no sólo de los estándares europeos, sino incluso de los del resto del estado español.

En Melilla, en nuestros días, tenemos algunos de los indicadores más extremos de nuestro país:

  • La mayor tasa de pobreza.
  • El mayor porcentaje de población en situación de exclusión social.
  • La tasa de paro más alta (algunos meses maquillada por los planes de empleo).
  • El mayor porcentaje de analfabetismo.
  • El absentismo escolar más elevado.
  • La tasa de abandono escolar precoz más alta.
  • La mayor ratio de alumnos por aula, en educación obligatoria.
  • El menor número de camas hospitalarias por 1.000 habitantes.
  • La menor ratio de médicos por 1.000 habitantes.
  • La esperanza de vida más baja al nacer.
  • La esperanza de vida saludable, a los 65 años, más baja.
  • Los peores indicadores de morbimortalidad en muchas patologías.

Podríamos seguir con otros, y dando las cifras exactas respecto a la media española (que son muy llamativas), pero obviamente están a disposición de cualquiera y harían innecesariamente extensa esta carta.

Sin embargo, siendo especialmente graves, no son los más preocupantes. Para nosotros hay dos indicadores que son demoledores, en lo que se refiere a Melilla:

  • El 90% de la población considera que esta ciudad no tiene futuro.
  • El 50% de los melillenses está pensando en marcharse, en el corto-medio plazo, de nuestra ciudad.

Por tanto, dicho plan estratégico, además de las medidas políticas, de defensa, de seguridad, económicas, etcétera, debe contemplar un cambio radical en todos esos indicadores.

Aunque los médicos, facultativos y personal sanitario en general, tenemos nuestra opinión sobre todos estos aspectos, no vamos a pronunciarnos sobre áreas distintas a la sanitaria.

Sin embargo, no cabe duda que para impulsar un plan estratégico, no hay que olvidar las políticas públicas y, entre ellas, la sanitaria, que es prioritaria para cualquier comunidad y que éstas no pueden desarrollarse sin contar con los profesionales.

En estos momentos, nuestra ciudad, durísimamente golpeada por la pandemia COVID, presenta un severo problema sanitario, y no sólo por la falta de medios, recursos e infraestructuras, sino por la descapitalización intelectual progresiva de nuestra sanidad, fruto, entre otras causas, de una política de recursos humanos muy desacertada durante lustros. Ya no sólo es que falten médicos, sino que, debido a la ausencia de incentivos laborales, profesionales, económicos, de promoción y de toda índole, y a la mejora de dichas condiciones en el resto de España y en Europa, no sólo los médicos jóvenes no quieren venir a Melilla, sino que se marchan muchos médicos asentados en nuestra ciudad y los médicos nacidos en Melilla no quieren volver a su tierra natal, una vez terminada su formación. Por ello, muchos servicios están mantenidos, no sólo por dotaciones muy escasas de profesionales, sino por plantillas muy envejecidas, siendo los facultativos mayores de 60 años los que sostienen algunas especialidades críticas. Obviamente, esto no se resuelve exclusivamente aumentando el número de médicos en edad de jubilación, que son prorrogados hasta los 70 años, sino ejecutando un plan estratégico en sanidad adecuado a la envergadura del problema.

Hace 100 años la medicina melillense era la más avanzada de España y puntera en Europa (algunos de los avances más importantes en Medicina, como la anestesia epidural, se desarrollaron en nuestra ciudad); por tanto, no es imposible volver a estar en la vanguardia; ello sólo depende del impulso político.

Entendemos que un plan estratégico integral es algo muy complejo, pero también que éste debe contemplar el eje sanitario como uno de los más importantes, no sólo para ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos, sino por su contribución a la recapitalización intelectual de nuestra ciudad. Muchos serán los agentes políticos y sociales a consultar, pero no olvide contar directamente con los profesionales, Melilla y España se lo agradecerán.

Mediante esta misiva queremos dejar constancia de nuestra oferta de colaboración, no sólo desde la fidelidad y el amor a nuestro país y nuestra tierra, sino también desde la lealtad a sus instituciones.

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