«Sería una estrategia miope e imprudente por parte de los sindicatos médicos ignorar el impacto de la inteligencia artificial»

V Conferencia Internacional de Sindicatos Médicos

Mesa sobre el futuro de la profesión médica.

La quinta mesa de la V Conferencia Internacional de Sindicatos Médicos celebrada en Alicante los días 25 y 26 de enero organizada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) junto con CESM CV y el Colegio Oficial de Médicos de Alicante (COMA), quiso tratar el tema del «Futuro de la profesión médica: caminos de progreso. Inteligencia artificial y sindicalismo médico». Moderada por Álex Ramos, secretario general del Sindicato Medico Catalán (Simecat) y secretario técnico de Relaciones Internacionales de CESM, contó con la participación de Maribel Moya, vicepresidenta 1ª de la Organización Médica Colegial (OMC), João de Deus, presidente de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS) y José Minarrieta, del Sindicato Médico del Uruguay.

La vicepresidenta 1ª de la OMC explicó cómo la inteligencia artificial está cambiando la práctica de la Medicina porque ya lo están viendo, y se necesitarían 10 millones de trabajadores de la salud en el entorno europeo para 2030, una crisis que no se soluciona solo poniendo más profesionales y que la salud digital ha venido a resolver proponiendo opciones mejores.

«El camino de nuestra profesión es la salud digital. ¿Por qué y por qué ahora? La salud digital es el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la salud, el bienestar y la atención sanitaria. Ahora hay datos, avances tecnológicos que permiten redes de conexión (nube) y gran capacidad de computación. Esto se va a reflejar en la Medicina. El problema es cómo, cómo va a modificar nuestra práctica médica, y eso dependerá de nosotros», decía.

Maribel Moya, vicepresidenta 1ª de la OMC.

Según Moya, la IA es la que más va a cambiar la práctica médica, porque sirve para todo, y como radiólogos ya la están utilizando con fines y usos beneficiosos para la salud, ya que «mejora la toma de decisiones médicas, evita errores diagnósticos y procedimientos innecesarios, ayuda a interpretar pruebas, recomienda un tratamiento personalizado», etc.

Otra cuestión son los retos éticos de la IA generativa, «que viene a complicar la existencia». Entre ellos, la seguridad (predicción, explicación, interpretación, intervención y sesgos), la confidencialidad y acceso a los datos, el principio de autonomía y de privacidad, la equidad e inclusión, el impacto en la relación médico paciente, la responsabilidad y confianza y la sostenibilidad e impacto que estas tecnologías tendrán en el planeta.

Respecto a la visión de los sindicatos médicos, Maribel Moya señalaba que «sería una estrategia miope e imprudente ignorar el impacto de la IA. Tiene dos papeles fundamentales; el primero en la formación de médicos digitales (una formación en competencias digitales que el sindicato debe facilitar como proveedor de formación) y también en negociar y vigilar cómo los médicos van a estar al día en los desarrollos tecnológicos. La segunda es la gestión del impacto de la IA en el entorno laboral. En la negociación colectiva, respecto a cuestiones como la fuerza laboral (pérdida o reducción de puestos de trabajo), al entorno laboral híbrido (jornadas de telemedicina), con modelos organizativos diferentes (multi e interdisciplinares, centralización de servicios y creación de nuevos perfiles), en los salarios (con incentivos por aportar valor), los principios éticos y su aplicación a la práctica y en la responsabilidad civil de las decisiones donde medien las herramientas de IA», explicaba.

Entonces se preguntaba Moya si la IA salvará o aniquilará a la profesión, respondiendo que de momento casi todos los avances tecnológicos han aumentado la necesidad de tener médicos capacitados, ya que la IA fuerte es la que les superará, la débil la que no. «De momento estamos con la débil, pero es posible que perdamos 14 millones de empleos en 5 años según el Foro Económico Mundial. La IA no va a instalarse en Europa al menos en servicios sanitarios sin supervisión humana. Somos más radiólogos y seguramente lo que haga es desplazar al radiólogo que no haga o no sepa utilizar esa IA. Si un médico puede ser reemplazado por una computadora pues merecerá ser apartado. Debemos pensar en qué valor vamos a aportar», señalaba.

En este sentido, mencionaba que la responsabilidad civil está preocupando mucho, cómo cambiará en este escenario la responsabilidad civil de los médicos respecto a las decisiones que tomemos basadas en IA. «En este sentido lanzo un mensaje tranquilizador, porque en el considerando 15 («cuando en el daño haya existido una evaluación humana seguida de una acción u omisión humana y el sistema de IA se haya limitado a proporcionar información será responsabilidad del humano») de la propuesta de Directiva 85/374 se mantiene que en Europa el uso de la IA sigue siendo bajo supervisión del médico«, sentenciaba.

«La IA está cambiando el mundo del trabajo»

Por su parte, João de Deus, presidente de FEMS, quien tomó de ejemplo las predicciones de cómo la IA cambiará las profesiones, especialmente en Medicina, en los próximos 5 años, utilizando también su propia experiencia en Oftalmología para ver cómo puede cambiar los diagnósticos y la toma de imágenes.

João de Deus, presidente de FEMS.

Además, abordó cómo la IA iba a cambiar el sindicalismo médico, por la regulación y la ética y por el reemplazo de aquellos médicos que no sepan cómo trabajar con IA. ¿Decaerán los sindicatos en el futuro más próximo?, se preguntaba, respondiendo que siguen siendo fuertes en el sector público, pero en otros lugares se han marchitado. La necesidad básica de sindicatos persiste: los empleadores y el capital tienden a estar concentrados y bien organizados, mientras que los trabajos individuales tenderán a estar divididos y débiles. Entonces, ¿cómo serían las innovaciones en los sindicatos? ¿Habrá negociación colectiva en red? Para él, esto implica el uso de grupos de miembros en línea para vincular a todos los trabajadores.

Para De Deus, la IA está cambiando el mundo del trabajo, ya que hay más trabajo individual, cambios en la estructura jerárquica de autoridad, sustitución del concepto de cualificación profesional por el concepto de competencias profesionales, las redes sociales han dejado de lado la fuerza de los sindicatos como entidades movilizadoras y reivindicativas y se está caracterizando por la falta de un liderazgo único, movilidad social e imprevisibilidad.

«La tecnología se alinea con los ideales anarquistas de autonomía individual y autogobierno. ¿Podría una nueva orientación política ayudar a los sindicatos a recuperar el -siempre muy pequeño- número de miembros, así como a ganar otros nuevos? Si esto no ocurre en el corto y medio plazo, su supervivencia podría verse definitivamente comprometida», sentenciaba.

La verdad como recurso crítico y que requiere de la participación humana

Por último intervenía José Minarrieta, del Sindicato Médico del Uruguay, quien se posicionaba más en pensar que la IA será una herramienta más que un sustituto de su trabajo. «Hablar de futuro en estos días que corren es complicado, porque la incertidumbre es la regla, pero sigue valiendo la pena pensar en el futuro con toda su imprevisibilidad, y para ello usamos herramientas de análisis, que nos ayudarán al menos a plantear hipótesis. El mundo está transitando una revolución en relación al uso de datos y la capacidad de procesarlos, que cambian todo el mapa de instrumentos, que facilitan pero a la vez complejizan nuestra capacidad de análisis de la realidad y proyecciones de futuro. El mismo título de esta mesa integra al menos tres aspectos distintos para pensar; el futuro de la profesión, la IA y el futuro de las herramientas sindicales, y cómo estos tres factores se influencian entre sí», comenzaba.

Minarrieta hacía referencia a un análisis de la consultora en salud internacional McKinsey que en 2015 señalaba que «en el futuro la mayor parte de nuestros tratamientos serán protocolizados y las mejores opciones terapéuticas serán sugeridos al médico en base a algoritmos desarrollados. Las empresas que logren influir en estos procesos serán las que tendrán un mayor éxito».

José Minarrieta durante su exposición.

En su opinión, el recurso crítico es la verdad. De acuerdo a la postura de Nicolás Jodal (ingeniero uruguayo cofundador de GeneXus), en esta profusión de información y datos la verdad es el recurso menos disponible. ¿Cómo distinguir cuáles son verdaderos y cuáles falsos? «La verdad requiere la participación humana. Nuestros sesgos se ven reflejados en los datos que toma la IA y por lo tanto se trasladan a los resultados. Relativizar y revalorar el avance tecnológico para ponerlo en su justo lugar lleva nuevamente a un concepto humanizador de la profesión. Es de fundamental importancia cuáles son las directivas o la calidad de las instrucciones que damos para preguntar a la IA», defendía, aunque añadía que «nadie sabe realmente cómo funciona la IA porque tiene mecanismos de autoaprendizaje que hace impredecible su análisis completo».

En cuanto a la actividad sindical, Minarrieta declaraba que los problemas serán similares; «es probable que los empleadores busquen sustituir salario médico con tecnología, es probable que la precarización laboral se profundice. Es nuestra tarea crear y evolucionar herramientas sindicales fuertes, utilizar los avances tecnológicos a nuestro favor (sobre todo en lo que tienen que ver con la información). El establecimiento de sistemas de salud integrados, con fuertes regulaciones estatales y controles, donde la salud sea considerada un derecho humano y no un bien de uso o comercial debe ser parte de nuestras plataformas donde así no sucede (o su profundización donde sucede). La accesibilidad y equidad de los sistemas para toda la población asegurarán también un mejor terreno donde reclamar por nuestros derechos laborales», concluía el uruguayo.

Tras las intervenciones, Álex Ramos recordó que «no podemos dejar de formarnos los médicos, que tenemos unos 35 años de desarrollo profesional en el que no dejamos de formarnos. Si nos autorregulamos bien, nos lo comprarán los políticos y la ciudadanía, que validará nuestra función. La formación MIR ha dado un prestigio del nivel más alto, de los más valorados. ¿Qué hacemos en los próximos 40 años para que la sociedad nos siga comprando que además de esta formación, vea que estamos bien formados? Los sindicatos médicos, las sociedades científicas y los Colegios profesionales con la Deontología y el mantenimiento de la competencia profesional debíamos hacer alguna propuesta para que más allá del MIR se haga algo, parecido a la reacreditación de la competencia profesional, siempre con criterio de incentivo y no fiscalizador. Es una propuesta para, a través de la formación, adaptarnos a los cambios continuos», decía.

En este sentido, Moya recordaba lo dicho previamente, que «una de las funciones del sindicato es facilitar la formación y debemos formarnos en salud digital«. De Deus, exponía que en Portugal hay recertificación pero no sabía cómo se iba a pedir eso para una especialidad si por ejemplo luego cada uno se dedica a una cosa muy concreta en, por ejemplo, Oftalmología. Minarrieta, por último, señalaba que su Colegio lleva solo 11 años de existencia, que por Ley no tendría que ser obligatoria, pero debería irse hacia una recertificación obligatoria. «Hay que pensar quién se beneficiaría más con la recertificación, que sin duda es la población. Hasta que no haya presión hacia los políticos de la ciudadanía para una recertificación médica obligatoria, va a ser muy difícil que eso suceda», sentenciaba.

Álex Ramos, João de Deus y José Minarrieta.

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