La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) quiere mostrar su rechazo ante cualquier propuesta de cambio en los programas formativos de los residentes de último año (R4) que suponga una carga para los profesionales en formación durante el periodo estival, especialmente tras las propuestas del Ministerio de Sanidad para facilitar que se puedan cambiar de unidad docente o desplazarlos a centros donde no hay formación si se traslada también un adjunto tutor.
CESM sigue defendiendo su compromiso con la defensa de las condiciones laborales y el bienestar de los médicos en formación, y se muestra preocupada ante la opción de que se ofrezcan cambios de manera apresurada para este verano como reacción a un deterioro crónico del sistema, que se ve agravado durante las vacaciones reglamentarias de los profesionales.
La Confederación lleva tiempo denunciando la carencia de profesionales, pero recuerda que los médicos en formación no son parte de las plantillas estructurales y entre sus funciones no se encuentra la de asumir áreas de difícil cobertura. Los desplazamientos del personal en formación entre unidades docentes no tendría justificación formativa alguna más allá de la utilización instrumental de los MIR como “mano de obra barata”, una denuncia que se repite cada verano pero que este año se ve incrementada por la circunstancia conocida con suficiente antelación de que los residentes terminan en septiembre en lugar de en su fecha habitual. Además, estos cambios deslizados por Sanidad supondrían una carga adicional para los cerca de 2.500 médicos en formación de último año, ya de por sí sometidos a una presión considerable.
La complicada situación que está viviendo la sanidad no se puede solucionar a un mes de que comience el verano con medidas que van a perjudicar a los profesionales y fomentar el ‘robo’ de facultativos entre comunidades autónomas.
Por este motivo, CESM insiste en que los programas formativos están diseñados para garantizar una formación médica de alta calidad, que se ajuste a las necesidades cambiantes de la sociedad y al progreso científico y tecnológico. De ahí que Ministerio de Sanidad, comunidades autónomas y agentes sociales deban trabajar para que esos principios se lleven a cabo pensando en los profesionales del futuro. Por esto es imprescindible que cualquier medida garantice el cumplimiento estricto del programa docente y, por supuesto, cualquier actividad del R4 sea supervisada y tutorizada.
Además, ante cualquier cambio, incluida la incentivación, se debe exigir que se cuente con el soporte legal oportuno tanto para los R4 en este año como para los R5 el año próximo, que tienen derecho a completar su programa formativo en igualdad de condiciones que los especialistas de años anteriores, con los que deberán “competir” profesionalmente en el futuro.
Por todo lo anterior, desde CESM se insta al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas a garantizar la formación hasta la finalización del periodo formativo y a que cualquier propuesta de cambio deba ser evaluada y consultada con los principales interesados -los médicos en formación- a través de sus Comités de Empresa y órganos legitimados de representación.