“Cuando se abusa de la vocación y de la obligación”

María José Campillo

Secretaria de Finanzas y Servicios de CESM

Asegura que el run run de la huelga nacional sigue creciendo y que hay razones de sobra para ello

María José Campillo
La opinión de María José Campillo.

La Medicina es sin duda una profesión vocacional, pues solo con vocación eres capaz de sortear los mil y un obstáculos para primero entrar en ella, y luego ser capaz de permanecer una vez que has llegado. Solo por la vocación se puede explicar que seamos capaces de permanecer horas interminables de guardia, sin dejar de estremecernos y de correr cuando llega un paciente grave a nuestras manos. La necesidad de curar, consolar, acompañar… la necesidad de servicio a la sociedad y la llamada a la misma la sentimos desde que somos pequeños muchas veces. Pero ojo; la vocación no está reñida con la necesidad de recibir un reconocimiento, un trato y condiciones dignas y unas retribuciones acordes con nuestro trabajo.

La Medicina es un trabajo altamente cualificado, que precisa muchos años de formación y llena de mil y una obligación que son la letra pequeña del contrato; las necesidades de servicio, las necesidades de la población o de un paciente se imponen frente a las nuestras. Si un médico ve a un paciente grave tiene obligación de atenderlo trabaje o no en ese momento; si te vas a ir de vacaciones y el servicio no va a quedar cubierto, las vacaciones se anulan; si sucede una catástrofe, da igual cuál sea tu situación laboral que todos acudimos a ayudar en lo que podemos. Lo hemos visto en el estado de alarma, donde incluso médicos jubilados se han incorporado para aportar su saber, conocimiento y experiencia cuando más faltan nos hacían.

Mas la vocación y las obligaciones no pueden ser una excusa para abusar de unos profesionales que lo están dando todo, y que como mínimo trabajan al 100% -si no al 200%- continuamente, como sucede. España tiene uno de los mejores sistema sanitarios del mundo en cuanto a su eficiencia. Compite con otros países donde la sanidad resulta mucho más cara, y lo hace exigiendo a sus profesionales ser los mejores, pero tratándolos como low cost en cuanto a salarios y condiciones de trabajo. Con una Administración que presenta la hegemonía en cuanto a contrataciones en sanidad, y que además es la que legisla, y que ha sido definida como la mayor empresa de trabajo temporal de España, el médico se enfrenta a la encrucijada de trabajar para ella y aceptar prácticas muchas veces abusivas, o prácticamente tener que emigrar, porque tampoco las condiciones de la Sanidad Privada son muy diferentes quitando excepciones, si no son incluso peores. Esto explica situaciones de abuso como los contratos de guardia -que carecen hasta de salario base-, contratos de refuerzo, precios de horas de guardia por debajo de la ordinaria -cuando en cualquier trabajo la hora extra es el 150% de la ordinaria-, eventuales de años o que no alcances siquiera una estabilidad laboral antes de los 45 o 50 años. Porque para el médico dada su vocación no ser médico no es una opción. Cada día son más los que emprenden el camino de buscar un futuro fuera de nuestras fronteras, y el mundo está lleno de médicos españoles brillantes y de reconocido talento que destacan en la labor que hacen, pero que aquí no tenían más opciones que las citadas anteriormente.

La última Encuesta de Población Activa, la EPA, refleja otro abuso más, especialmente doloroso por su significado. Si en Sanidad se trabaja una media de 500.000 horas semanales en cualquier año, en el estado de alarma esta cifra casi se ha triplicado, acercándose al 1,5 millones de horas semanales. El país lo requería, la población lo necesitaba, y nuestra vocación nos impelía a salvar vidas, sin mirar el reloj. Era necesario, y aunque el esfuerzo físico y mental ha sido brutal para los médicos, lo triste, lo doloroso, es que la misma EPA reconoce que unas 500.000 horas semanales de esos meses de angustia no han sido siquiera abonadas, y ni tampoco se espera que lo hagan .

Pasan los meses y el estado de alarma acabó. No así el Covid, que sigue entre nosotros. Eso sí, sin que metan inversión en Sanidad, ni se refuercen las plantillas, y ni siquiera se contrate a los últimos residentes que acabaron, y es de suponer que nuestros gobernantes esperan que repitamos el sobreesfuerzo las veces que sean necesarias, sin que ellos tomen medida alguna para evitarlo, ya que sale barato como se ha hecho, y al fin y al cabo sólo es abusar un poco más de lo que lo habían hecho hasta ahora de los médicos .

En el Cantar de Mio Cid ya se decía aquello de «qué buen vasallo si tuviera buen señor…». Es evidente que los profesionales médicos se merecen unos políticos que sepan estar a la altura de la grandeza que ellos han demostrado, algo que hoy por hoy, no parece que nos vayamos a encontrar.

El run run de la huelga nacional de médicos crece cada día mas... ¡Hay razones de sobra para ella!

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