“De mascarillas y bozales”

Gabriel del Pozo

Secretario general de CESM

Plantea que quizá también se debería ser mucho mas agresivo con estos incivilizados, y deberían modificarse leyes que permitieran otro tipo de sanciones

Gabriel del Pozo, secretario general de Cesm

Ahora que por fin todas las CCAA han adoptado la obligatoriedad de la mascarilla y que nos estamos enfrentando a múltiples rebrotes que ponen en peligro la salud de la población y la salud de nuestro sistema sanitario, nos encontramos con la actitud de una minoría -quiero creer- pero que pone en riesgo a la inmensa mayoría y que son todo el colectivo de los que no hacen uso de la mascarilla, ya sea por chulería, por uso incorrecto, por prepotencia, por seguridad por su edad, etc., y ante los que no sabemos cómo responder. Parece que le hemos dejado toda la acción a los cuerpos de seguridad que son los que se deben pelear y sancionar a estos energúmenos antisociales, dotados de escaso cerebro, o de escasa solidaridad, y los demás no sabemos o nos inhibimos de actuar ante ellos, unas veces por su actitud violenta, otras por su elevada edad, otras por hastío y cansancio de ir recriminando y tener sensación de actuar de policía, y realmente desde las instituciones no se está haciendo nada para evitar estas conductas.

Sería importante hacer campañas divulgativas del correcto uso, de la obligatoriedad, del concepto de solidaridad, pero quizá también se debería ser mucho mas agresivo con estos incivilizados, y deberían modificarse leyes que permitieran otro tipo de sanciones. ¿Es justo que el sistema de salud siga gastando sus recursos en personal que se está buscando la enfermedad? Y lo peor, que esta poniendo en peligro la salud de los que sí están intentando acabar con la COVID-19. ¿No sería lógico que les tomaran nota de sus datos y que se les notificara que si enfermaban de COVID no se les iba prestar atención con los servicios públicos? Ya sé que parece muy duro pero no es lógico que sigamos arriesgando la vida de los profesionales que les van a atender, que ya hemos pagado con la vida de muchos y con la infección de muchísimos, y a los que probablemente estos mismos descerebrados hayan estado aplaudiendo desde sus balcones. ¿Es lógico que tengamos que seguir invirtiendo recursos económicos que no tenemos en el sistema de salud por su actitud? Habrá que invertir todo lo necesario y más pero no podemos estar poniéndolo en riesgo por estas actuaciones. Seguro que estos mismos individuos están muy preocupados por la economía y el paro, pero con su forma de actuar y su no ponerse la mascarilla están favoreciendo que volvamos a tener un repunte similar a la situación previa que nos obligue a un nuevo confinamiento y a la destrucción de más puestos de trabajo.

No es justo que por unos pocos pongamos en riesgo nuestras vidas, nuestro sistema de salud y nuestro puesto de trabajo. Esta pandemia sólo la vencemos entre todos, por eso a los que no están luchando contra ella sino favoreciéndola se les debe conminar a cambiar de actitud pero si no lo hacen se les debe obligar.

Por ti, por mí, por ellos, ¡ponte la mascarilla, si no te la pondremos!

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