En la última reunión del Comité Ejecutivo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) se ha reiterado una vez más la necesidad de diálogo con las distintas administraciones autonómicas y con el Ministerio de Sanidad que permita encontrar las soluciones que eviten la conflictividad a la que se está abocando al colectivo médico ante la falta de respuestas y proposiciones.
Además, CESM quiere salir al paso del mantra utilizado por todas las administraciones, sea cual sea su signo político, de que no existen médicos para poder contratar. Ante esta afirmación queremos aclarar que en el mes de mayo se produjo la finalización de toda la promoción MIR de este 2020, y tenemos la seguridad de que no se contrató a todos los médicos que se pudieron contratar. Se aseguraba que los mismos no aceptaban los contratos que se ofrecían y evidentemente esto fue así porque en su mayoría eran acuerdos de trabajo en precario y muy poco atractivos, lo que llevó a los profesionales a buscar salidas en otros campos.
En este sentido, queremos recordar a la Administración que uno de los principales problemas que existen es una altísima tasa de temporalidad laboral que se prolonga en el tiempo, lo que los tribunales reconocen como “fraude de ley”, a lo que se añade una mala retribución y las condiciones laborales en que obligan a desarrollar su actividad a los profesionales, que los contratos ofertados son precarios, cuando se pueden ofrecer contratos de interinidad y no de eventualidad. Insistimos en que para reducir al máximo la temporalidad se necesita la convocatoria de OPEs anuales, en las que se tenga en cuenta esta circunstancia, transparentes, con actualización de las plantillas, ofertando el 100% de las plazas vacantes, con rápida resolución, con concurso de traslados también anuales o incluso abiertos y permanentes, con incentivación de los puestos de difícil cobertura sin desdeñar ningún tipo de compensación para hacerlos atractivos y que se cubran.
Desde CESM queremos incidir en que en la situación en la que nos encontramos no es lógico mantener la precariedad, sino que se precisa de una estabilidad y de buenas condiciones laborales para no perder más médicos y aumentar el déficit de los mismos.
Consideramos que la solución no es abrir nuevas facultades de Medicina que lo único que consiguen es aumentar el número de graduados si esto no va acompañado de un aumento de plazas de formación especializada. En esta línea recordamos que la mayor parte de los profesionales serán absorbidos por el sistema público de salud, y que para trabajar en él se necesita el título de especialista. Del mismo modo, se deben aumentar y mejorar las Unidades Docentes de todas las especialidades.
Por todo ello, defendemos que no se puede afirmar que faltan médicos puesto que tenemos más de 5000 esperando poder trabajar y que no pueden hacerlo puesto que no han tenido acceso a una plaza de formación MIR. Una vez se ponga solución a estos problemas podremos empezar a valorar si faltan médicos como se defiende por parte de las administraciones.