«¿Aprenderemos de los errores del pasado?»

Espera que en mayo no se vuelvan a dejar escapar tantos profesionales recién formados en el SMS

Domingo A. Sánchez

Dejando atrás ya la tercera ola y con vistas a otra nueva normalidad, la incertidumbre con la que convivimos desde hace meses se hace pesada y los efectos en la sociedad se hacen patentes. Pero, ¿qué pasa en el mundo sanitario? Pues que a esa incertidumbre generalizada se le debe añadir una fatiga pandémica específica que incluye cansancio, hastío y la necesidad de un liderazgo que garantice estabilidad y claridad en la política sanitaria a medio y largo plazo.

Hace unos días, a propuesta del Sindicato Médico CESM, el Comité de Empresa del Servicio Murciano de Salud exponía la imperiosa necesidad de planificar adecuadamente los recursos humanos dentro de nuestro sistema sanitario.

Este Comité, que representa al personal en Formación en el Servicio Murciano de Salud, advertía así de la importancia de no perder la oportunidad que supone la salida de los nuevos profesionales sanitarios formados en los últimos cuatro y cinco años; y que en este próximo mayo verán acabados sus contratos de formación.

Conocedores de que en el último mes la Sanidad murciana ha sufrido una de las mayores crisis de Gobierno que se recuerdan, se hace más necesario -si cabe- que los nuevos líderes sanitarios tengan claros los objetivos y necesidades de las instituciones que lideran.

Aprender del pasado y evitar repetir los errores cometidos es clave para no hacer más mella en un sistema cuyos cimientos han sido tambaleados por la crisis del coronavirus. Uno de esos cimientos es el profesional sanitario. Muchos de estos sanitarios, aquellos a los se aplaudía en balcones durante la primera ola pandémica, eran profesionales en formación. Residentes que hicieron enormes sacrificios dentro de su programa formativo para atender una situación sanitaria sin precedentes. Profesionales que, en el último año, tal y como evidencia un análisis realizado por la Vocalía de Médicos Jóvenes y Promoción de Empleo de la Organización Médica Colegial de España, ha tenido que aumentar su número de guardias a realizar, trabajar en plantas y unidades COVID y, en definitiva, hacer grandes sacrificios dentro de su plan formativo, para ofrecer la mejor asistencia sanitaria posible en un sistema con una grave carencia de recursos humanos -fruto de años de recortes en los mismos-.

A día de hoy, todo apunta a que este año volverá a ser atípico, pero a pesar de eso, ponemos la vista en Semana Santa y con el buen tiempo, en el verano. Porque necesitamos tener horizontes que nos permitan mantener el norte y seguir avanzando. En ese calendario anual de posibilidades, para los MIR, EIR, FIR, BIR, PIR, QUIR Y RFIR hay una fecha que ilusiona y provoca incertidumbre a partes iguales. Esa fecha es mayo. Para el profesional sanitario que finaliza su periodo formativo es un momento para proyectar su futuro y planear cómo y dónde quiere proseguir su carrera profesional.

Evidentemente, este momento es el resultado de un trabajo y una planificación previa… O, al menos, así debería ser. El año pasado ya ocurrió que la Región de Murcia perdió una oportunidad de oro al no realizar un adecuado plan de contratación de personal que terminaba la residencia. No se les ofreció contratos estables y duraderos a esos especialistas que finalizaron el pasado mayo y otras comunidades vecinas aprovecharon esta situación para ofrecer mejores ofertas. Pero ahora la situación ha cambiado. Hemos vivido una segunda y tercera ola que ha demostrado que nuestras plantillas no estaban bien dimensionadas, que el COVID no es ajeno al profesional sanitario y que no podemos prescindir de unos profesionales que lo han dado todo por hacer que el sistema no sucumbiera.

Y es, por ello, que ahora me pregunto… ¿Volveremos a cometer los errores del pasado? Espero que las advertencias y los nuevos rostros dentro del Servicio Murciano de Salud aprendan de la situación vivida y aprovechen la oportunidad que se nos presenta en este próximo mayo para que cualquier nuevo especialista que haya acabado su programa formativo no tenga que marcharse a otra comunidad autónoma y podamos aprender de los errores del pasado. Porque nuestros profesionales y, sobre todo, la Sanidad murciana, se lo merecen.

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