El actual tesorero de la FEMS, Jean-Paul Zerbib, fue el encargado de presentar en la reciente reunión conjunta de AEMH y FEMS en Austria los resultados de un cuestionario sobre burnout distribuido entre todos los miembros de la Federación, cuyo resumen señala una cifra preocupante en cuanto al agotamiento de los médicos en todos los países europeos.
En este sentido, los datos hablan de que el 8% de los facultativos ya ha sufrido agotamiento a lo largo de su carrera y el 50% ha presentado síntomas del mismo, mayoritariamente ansiedad y depresión. Se trata de un proceso que afecta por igual a hombres y mujeres sin que influya la edad y la falta de médicos y la sobrecarga laboral son factores que favorecen este burnout.
Para intentar atajar este problema están siendo los Colegios de Médicos y los Consejos de Colegios Oficiales quienes más consciencia han tomado sobre el agotamiento y más medidas están intentando poner en marcha, mientras que hospitales y sindicatos son señalados como poco activos en estas cuestiones. Así, las opciones para prevención y tratamiento del burnout puestas en marcha pasarían por líneas telefónicas específicas, asistencia psicológica o psiquiátrica, formación de los profesionales y la difusión y puesta en marcha de revistas, artículos médicos y congresos sobre estos temas.
Respecto a acciones para prevenir este agotamiento, el informe señala que algunas son la existencia de ciertas instalaciones, como cafetería o restaurante en el hospital, un gimnasio o una sala de guardia tranquila y que permita el descanso. Además, las reuniones entre médicos y el resto del equipo sanitario o grupos de discusión en caso de conflictos en los servicios, la formación universitaria y de postgrado sobre estos temas, el respeto del descanso tras las guardias para asegurar la seguridad y la existencia de un número suficiente de médicos que permita una carga de trabajo adecuada.
Según el informe, los poderes públicos se están concienciando de lo que está en juego con estos datos sobre burnout entre médicos, que conllevaría huelgas o paros laborales, sufrimiento individual y colectivo y la interrupción del funcionamiento de los servicios sanitarios. De ahí que haya surgido normativa en tres niveles diferenciados:
- Una legislación nacional más o menos protectora de sus profesionales -según el país- en prevención y tratamiento de los riesgos psicosociales.
- Un Convenio sobre violencia y acoso en el trabajo a nivel mundial establecido por la OIT hace 3 años
- A escala europea, un proyecto de Directiva sobre riesgos psicosociales que afecta a todas las profesiones que puede ser presentado este otoño en el Parlamento Europeo. En este sentido, desde la plataforma Eurocadres están invitando a sumarse al mayor número de organizaciones posibles a una propuesta que pretende eliminar el estrés laboral.
Puedes acceder aquí al informe completo.