El Sindicato Médico de Ceuta denuncia la paradoja de que se invierta en tecnología sanitaria cuando no hay médicos para manejarla

Ingesa ha presumido de recientes incorporaciones técnicas

Abdelghani El Amrani El Marini El Haddad
El secretario general del Sindicato Médico de Ceuta

Desde el Sindicato Médico de Ceuta llevan meses peleando contra la crítica situación por la que atraviesa la sanidad en la ciudad autónoma, con una huelga convocada el pasado mes de marzo y con una Administración que no ha tenido auténtica voluntad de diálogo para buscar la mejor solución a los problemas que denuncian profesionales y pacientes.

En los últimos meses Ingesa ha publicitado la adquisición de una resonancia de 3 teslas, un robot quirúrgico Da Vinci (por dos millones de euros) o la primera Sala de Hemodinámica (685.722,56 euros, gracias a la que se diagnosticarán y tratarán enfermedades cardiovasculares). La resonancia es para el servicio de Radiología, que actualmente cuenta con cinco facultativos, de los que dos están en prórroga de jubilación y una tercera en trámites de solicitar la exención de guardias. La Sala de Hemodinámica es para el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE), que solo cuenta con tres facultativos y ninguno de ellos especializados en Hemodinámica. También el uso del robot Da Vinci requiere de cierta cualificación que de momento no encuentran.

Ante esta situación, profesionales y pacientes han denunciado que, si no hay médicos, con qué medios humanos se pondrán en marcha los nuevos equipos de los que presumen los gestores de la sanidad ceutí, ya que si en la actividad ordinaria, ante la escasez de médicos, difícilmente abarcan toda la demanda, cómo se va a gestionar eso poniendo en marcha nuevos servicios para los que además se necesita mayor especialización.

A esto hay que sumar que, según datos proporcionados por el Sindicato Médico de Ceuta, 3 facultativos abandonaron la ciudad en los últimos 15 días por las pésimas condiciones de trabajo, aumentando también el malestar de quienes se quedan. En total, en este 2023 el Colegio de Médicos de Ceuta ha firmado 15 bajas voluntarias de profesionales que se han marchado a otras comunidades autónomas, y en algún caso, para prepararse el MIR. Diez de ellos trabajaban en Medicina General, uno en Medicina Preventiva, uno en Cirugía General y Aparato Digestivo, uno en Obstetricia y Ginecología y otro en Medicina de Familia y Comunitaria. Tres de estas bajas se firmaron entre el 21 y 29 de septiembre, señalan los medios locales.

El secretario general del Sindicato Médico de Ceuta, Abdelghani El Amrani, ha defendido una vez más que con una huelga en marcha desde marzo la única solución es «que el Gobierno nos escuche«. Lamenta que mientras desde Madrid (sede del Ingesa) trasladan que se deben negociar primero con la dirección territorial, cuando finalmente lo hacen son los mismos de la dirección general los que aseguran que las decisiones no dependen de ellos sino del Ministerio de Hacienda.

Las decisiones se resumen en destinar más dinero para las reclamaciones de los profesionales, «dinero por el cual vengan más especialistas para hacer los que estamos menos guardias y ganar menos dinero», asegura Abdelghani, quien recuerda que la población de Ceuta debe entender que los médicos no se mueven por su propio interés sino por el intento de mejorar la sanidad pública de la ciudad. «Yo, por ejemplo, soy internista, si estoy en el 061 es porque quiero. Sinceramente, si elegí esta profesión es porque para mí lo más sagrado son los pacientes. Si puedo curarles, los curo. Si puedo aliviarles, los alivio. Y si puedo consolarles, los consuelo. Es lo único que me queda. En la vida todos pasaremos por las manos de un médico o por el 061», aseguraba en declaraciones a un medio local.

Como ha recordado el Sindicato Médico de Ceuta, para garantizar la calidad de la atención médica es necesario aumentar los sueldos y ofrecer incentivos competitivos para atraer y retener a médicos especializados, y resulta vital que se establezca un diálogo efectivo entre los profesionales de la salud, la dirección territorial de Ingesa y el Ministerio de Hacienda que permita abordar estas cuestiones de manera integral. Los pacientes merecen una atención médica de calidad y acceso a la tecnología de vanguardia que se ha adquirido, pero para ello es urgente abordar el problema de la falta de personal médico especializado para manejarla, un personal que vela por la sanidad pública de la ciudad pero que necesita de los recursos adecuados para ello.

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