«La relación médico paciente es un bien social, lo es desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal»

V Conferencia Internacional de Sindicatos Médicos

Patricio Martínez, presidente de honor de CESM.

La ponencia inaugural de la V Confederación Internacional de Sindicatos Médicos celebrada en Alicante los días 25 y 26 de enero corrió a cargo del presidente de honor de CESM, Patricio Martínez, quien además de abordar la candidatura de la relación médico paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco, hizo un breve recorrido por la historia del sindicalismo médico profesional.

Martínez recordaba que cuando la profesión fue englobada en el Estatuto Marco «tuvimos que ganarnos la vida, coaligarnos con otras organizaciones para intentar llegar a las Mesas de Negociación», y lamentaba que ahora «el acto médico se ha burocratizado y la relación médico paciente está amenazada».

En este sentido, el presidente de honor de CESM admitía que el médico no se siente representado y que tiene derecho de reclamar la mesa del profesionalismo y del conocimiento médico. Así lo señalaba la Carta del Profesionalismo de 2002, que incorporaba el compromiso de la mejora continua de la asistencia médica en sus diferentes dimensiones (técnica, social y humana) a través de los valores bioéticos de integridad, honestidad, compasión, altruismo, justicia social, calidez afectiva y trato digno. «Todos estos principios facilitan que en los pacientes se desarrolle un elevado nivel de confianza, es el binomio conocimiento-confianza que se pone de manifiesto en la oración de Maimónides», decía.

Martínez se mostraba partidario de una renovación del sindicalismo médico, ya que «debemos buscar una nueva forma de representación, redefinir competencias, la autoestima profesional, la satisfacción por el trabajo bien hecho. Cambiemos el concepto de capital trabajo por capital conocimiento. Es necesario un nuevo contrato social entre médicos y pacientes, y ese contrato social implica respetar los derechos laborales, profesionales y sociales. Es nuestro derecho, que nos devuelvan el placer de ser y hacer de médico», comentaba.

El impulsor de la candidatura de la relación médico paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco recordaba logros conseguidos en este camino del sindicalismo médico, como la creación del Consejo de la Profesión Médica en Cataluña en 2006 o del Foro de la Profesión Médica de España en 2008, que nace con la convicción de unir, cohesionar y coordinar la representación de las instituciones representativas de los médicos, buscando siempre la dignificación de la profesión médica y la calidad del ejercicio profesional.

Momento de la conferencia de Patricio Martínez.

Respecto a la relación médico paciente, señalaba que es el encuentro de amistad entre dos personas, el médico y el paciente, que se comunican entre sí, el uno como persona enferma y el otro como persona capaz de prestarle ayuda desde sus conocimientos técnicos y habilidades profesionales para cuidar, curar, consolar, acompañar. «Es un encuentro mágico del que habla el presidente de la Real Academia de Medicina que cuenta con fundamentos antropológicos e históricos. Hay factores que intervienen, dependientes del paciente, dependientes del médico, dependientes del entorno (financiación, política sanitaria, planificación, organización del sistema, etc.)», exponía.

En esta relación existen amenazas y también beneficios. Entre las primeras, que son numerosas y se corre el riesgo de la desnaturalización, están las influencias de tipo políticas, económicas industriales, el cientificismo, los límites de la Medicina, amenazas dentro de la propia Medicina, la telemedicina, etc. Sin embargo, también están los beneficios, ya que la Medicina sigue siendo altamente valorada en este país. Citaba la recuperación de la salud, la mejoría del bienestar, la evitación del sufrimiento y el acompañamiento en los momentos difíciles del pacientes, «beneficios innegables, valores culturales a inmateriales. Es un bien social y lo es desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal«, admitía.

Martínez recordaba cuáles eran los criterios de la Unesco para la declaración de este tipo de bienes de la Convención de París de 2003, como que se trate de una obra maestra de genio creativo humano, que sea un intercambio de valores humanos, un testimonio único o excepcional de una tradición cultural, etc. Y en este sentido exponía cómo se estaba internacionalizando la candidatura, con los acuerdos de la Conferencia Médica Latinoamericana del Caribe (42 entidades de 21 países), las Asambleas en Lima en noviembre de 2017 o la Declaración de Córdoba.

«La relación ha evolucionado a lo largo de la vida, y debemos conseguir la colaboración y complicidad de los pacientes y de sus organizaciones representativas para situar la relación médico paciente como núcleo fundamental de una asistencia sanitaria centrada en la persona. Destaco la decisión del Foro de la Profesión para llevar a cabo actividades y proyectos que la pongan como núcleo fundamental. Yo estoy motivado para llegar a lo que nos merecemos: ser médicos y estar en la Unesco», sentenciaba Martínez.

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