El Sindicato Médico de Galicia (SIMEGA), adscrito a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, (CESM) denuncia el estado lamentable en que se encuentran las instalaciones del Hospital Materno Infantil de Ourense, y urge al Servicio Galego de Saúde (SERGAS) una solución a la situación que padecen pacientes y trabajadores desde hace casi 5 meses.
El Sindicato Médico expone que el 30 de diciembre se desplomó parte del techo del acceso principal al paritorio, y aunque hasta febrero se continuó trabajando en la zona, al comprobar el riesgo de desprendimiento que había en toda el área se clausuraron las salas de dilatación y monitorización ambulatoria reubicando las dependencias y el acceso principal al paritorio, provocando una situación caótica.
El acceso al paritorio -prosigue- se haría por un pasillo secundario, también utilizado para transporte de comidas, de basura y de ropa, donde hay contenedores de ropa sucia, camillas y sillas de ruedas acumulados, además de ratas y cucarachas, por lo que la situación de insalubridad es total y absoluta.
Además -señala- se da la circunstancia de que el pasillo se utiliza como sala de espera de los familiares de los pacientes, para las propias pacientes mientras aguardan para ser atendidas en su estado de gestación y, por si no fuera suficiente, también es zona de tránsito para el personal sanitario.
Agrega que la situación llega a que mujeres que han sufrido una agresión sexual tengan que compartir espacio con pacientes pendientes de ingreso tras un aborto o una muerte fetal, que se ven obligadas a esperar en la misma sala que las gestantes, lo que les genera situación de estrés.
No sólo Ginecología
SIMEGA subraya que los desperfectos no se limitan al servicio de ginecología, ya que hace un año también se desprendió otro techo en una consulta de Pediatría; la habitación que utilizan cuando están de guardia ni siquiera tiene ventilación; la sala de los facultativos tiene un cristal de la ventana roto desde hace 6 años, y el aire acondicionado de las consultas de urgencia no funciona, de manera que a veces las pacientes acaban desmayándose porque se alcanzan los 30 grados centígrados fácilmente.
Y es que los trabajadores aseguran que hace más de una década que no se llevan a cabo servicios de mantenimiento en las instalaciones del Centro Hospitalario, por lo que puertas, cerraduras, paredes… todo tiene un aspecto deplorable.
El Sindicato Médico de Galicia apoya al personal del Materno Infantil que hace 15 días remitió a la Gerencia del CHUO un escrito reclamando que finalicen las obras cuanto antes; que se realicen las mejoras que se precisen para trabajar en un lugar limpio que reúna las condiciones de higiene y seguridad necesarias, y que se habiliten los espacios suficientes para proporcionar una atención de calidad protegiendo la privacidad de las mujeres.
Los trabajadores se temen que no se cumplan los plazos de las obras que se están acometiendo tras el desprendimiento del techo, por lo que reclaman una mínima mejora de las condiciones de trabajo, y que no se limiten a poner parches con la excusa de que el nuevo edificio se está acometiendo, ya que hasta 2026 probablemente no sea una realidad.
Si no se les conceden esas mínimas mejoras en las condiciones de trabajo con carácter urgente, no descartan iniciar movilizaciones para que se visibilice el problema que sufren profesionales y pacientes.