La secretaria técnica de Médicos Jóvenes y MIR de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Sheila Justo, ha querido valorar la situación actual de la Formación Sanitaria Especializada tras cerrarse el proceso de adjudicación de plaza y comprobarse, al igual que ocurriera el año anterior, que han quedado más de 200 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) sin escogerse. En concreto, han sido 202 vacantes, mientras que el año anterior fueron 200.
Pese a las numerosas advertencias y manifestaciones en contra por parte de los representantes de los profesionales, se ha vuelto a comprobar que el sistema de adjudicación impuesto por el Ministerio de Sanidad, que nada tiene que ver con una elección en tiempo real, penaliza a esta especialidad en concreto, aunque Sheila Justo ha puesto de relieve que en la actual convocatoria había 119 plazas más para la especialidad. Es decir, un 5% más de las 8.550 ofertadas (2.455 para Medicina Familiar y comunitaria en 2022/2023 frente a las 2.336 de la convocatoria anterior), por lo que han «sobrado» más o menos las mismas pero este año contando con 119 plazas más.
Según ha informado el ministerio, la ‘segunda vuelta’ tendrá lugar del 8 al 11 de mayo para todos aquellos a los que no se les ha adjudicado plaza y para los que no sean titulares de autorización para residir en en España. Ambas opciones resultan complicadas, ya que parece difícil pensar que alguien que no haya escogido plaza en su número de orden vaya a hacerlo ahora a partir del 10.720, y del mismo modo, quienes no tienen permiso para residir en España teóricamente forman parte de los acuerdos firmados para que se formen aquí pero reviertan el conocimiento a su país, por lo que no solucionaría el problema de escasez de profesionales existente.
Ante la experiencia de la convocatoria anterior, cuando Sanidad tuvo que improvisar esta ampliación ante el excedente de plazas modificando la Orden Ministerial, esta ‘segunda vuelta’ ya estaba prevista en el Real Decreto de especialidades del pasado mes de julio, pero Justo recuerda que ir ampliando estas segundas vueltas a profesionales extracomunitarios que después no se quedarán a trabajar en el Sistema Nacional de Salud no ayuda con la falta de médicos y menos aún a largo plazo, ya que, «como reconocía el informe del ministerio de julio de 2022, faltan entre 8.000 y 11.000 profesionales desde 2017, especialmente de Medicina Familiar y Comunitaria, y el hecho de ir aumentando el número de plazas debe venir necesariamente asociado a otros condicionantes laborales motivadores para los futuros residentes decidan escoger al especialidad». En este sentido, insiste en que España debe ser un país competitivo para poder resolver la ‘fuga de fonendos’ que está sufriendo no solo este país, sino muchos del entorno europeo, como se ha debatido este fin de semana en las Jornadas CESM en Mallorca y la Asamblea General de FEMS.
«Las políticas irán en la línea de mejorar la Medicina de Familia»
Pese a esta situación, la secretaria técnica de Médicos Jóvenes y MIR de CESM ha querido hacer una lectura positiva respecto a una especialidad que tendrá mucho trabajo en el futuro, que no tiene guardias y que está en vías de mejora, «porque para mantener los sistemas sanitarios como los conocemos hasta hoy necesitamos una Atención Primaria potente. De aquí a 2050 se estima que habrá un porcentaje muy superior de población envejecida, lo que lleva asociado un aumento de las enfermedades crónicas y la mayoría de hospitales no tienen capacidad suficiente para dar cabida a estos pacientes, por lo que una Atención Primaria de calidad y fuerte es necesaria para los sistemas sanitarios. Entiendo que las políticas sanitarias irán en la línea de mejorar la AP y dar solución a largo plazo de la demanda de asistencia que nos espera en los próximos años», comentaba Justo.
Así, respecto a las plazas de FSE, recordaba que este año el número de orden 14 ha sido la primera persona que ha elegido la especialidad, y que aunque sobren más plazas, en teoría la situación es mejor que en la convocatoria anterior, ya que hay más oferta en general y más plazas de Medicina Familiar y Comunitaria en particular, la que mayor disponibilidad tiene. «Hay que hacer un abordaje multidisciplinar pero no nos sorprende que hayan sobrado, ya ocurrió el año pasado. El sistema está fallando, ya que elegir sin que se haga en tiempo real repercute especialmente en MFyC porque no pueden escoger en un número de orden la unidad docente. No solo el año pasado sobraron plazas, y conviene reseñar que hace años no había nota de corte, hasta que en 2012/2013 se valoró la posibilidad de imponerla en contra de que se hiciera una ordenación de los candidatos», reseñaba Justo.
En su opinión, hay que poner el foco en la mejora de esta especialidad en concreto, y ya en muchas comunidades se han subido los primeros peldaños de esta mejora con los conflictos convocados. «Esperamos que en 4 o 5 años haya mejorado y es la línea que deben tomar los gestores sanitarios. Estamos abiertos al diálogo como sindicato profesional para dar solución a esta situación y arrojar un poco de luz a lo que se espera del sistema sanitario en los próximos años, porque en base al envejecimiento futuro, si no se potencia la Atención Primaria tendremos dificultades para mantener la asistencia sanitaria por la agudización de patologías crónicas. Son cuestiones que hay que valorar con los profesionales para poder ofrecer soluciones conjuntas que ofrezcan un poco de esperanza hacia el futuro de la Medicina en nuestro país», sentenciaba Justo.