La Consejería de Sanidad ha planteado una modificación de plantilla orgánica que supone la pérdida de 4 puestos de médico de Familia en contra de todo lo acordado anteriormente.
El vicepresidente de la Junta acusaba de falta de ayuda durante la crisis, de incumplir el principio ético de “primun non nocere” y de obviar su juramento hipocrático.
Defiende que se recompense a los profesionales por el esfuerzo realizado y el riesgo asumido, pero exige que esa recompensa no dependa de criterios subjetivos.
La situación ha sido denunciada sin que se dé ninguna solución, por lo que CESM Castilla y León se ha visto obligada a presentar demanda cautelarísima ante los juzgados de lo social.
Nace como órgano de participación de la profesión médica y de asesoramiento de salud en Castilla y León y debe plasmarse en un gran pacto por la sanidad.